Escucha:
En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura. Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. (Hechos 12:1-5)
Piensa:
Aprendí de niño un concepto poco común para un niño, como es el de probabilidad. Al escuchar decir al doctor que mi hermano tenía menos del 10% de probabilidades de recuperarse de las lecciones de aquel trágico accidente automovilístico que había sufrido. En ese momento pregunte a mi padre de que se trataba y me respondió: “es un número que dice si tu hermano podrá salir del estado en que se encuentra, pero en el que Dios tiene siempre la última palabra”.
Luego de un año de extensas y profundas terapias, mi hermano recobró su completamente sus capacidades físicas y cognitivas y es hoy un profesional reconocido del derecho en nuestra comunidad. Las sabias palabras de mi padre que denotaban su fortalecida fe en Dios, fueron presagio de lo que finalmente ocurrió: El Señor tuvo la última palabra.
En las escrituras de hoy vemos que sólo mediante el obrar de Dios, se hace alcanzable lo que a la vista del hombre parece imposible o contra las probabilidades. Pedro capturado por el rey Herodes tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir, mas, tomando en cuenta que este último ya había ejecutado a Jacabo, uno de los seguidores más cercanos de Jesús.
Sin embaro, Dios tenía otros planes para Pedro, que incluso resultarían además díficiles de creer, aun para aquellos que trabajaban en aquel momento a su favor. En un giro inesperado, El Señor intercede enviando un angel que libera a Pedro de maner milagrosa. Como dicta la palabra: “Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos” (Hechos 12:7)
La liberación de Pedro termina con su hermosa confesión del poder de Dios : “Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba” (Hechos 12:11)
Dios puede actuar más allá de las probabilidades porque es todopoderoso. Ninguna tarea resulta demasiado difícil para Él y es que su amor incondicional y su sentido de cuidado, nos protegen y nos guían ante cualquier circunstancia. Tanto en hechos comunes y situaciones imposibles, Dios puede revelar su poder. Ya sea que el éxito nos encuentre o que la angustia nos envuelva, el Señor estará siempre a nuestro lado.
Ora:
Señor, revelas Tu inmenso poder al mostrarnos que mediante Tu obra no existen imposibles. Permíteme encontrarte y guíame por el camino de Tu palabra y misericordia a confiar plenamente en que bajo Tu presencia no existe nada que no pueda ser alcanzado. Amén