Escucha:
Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)
Piensa:
La Palabra de Dios nos enseña a hacer el bien a todos. Sin embargo, hay una escala de prioridades sobre las cuales, sino existe el amor en el primer escalón, difícilmente podremos agradar al Señor, haciendo lo correcto en los peldaños siguientes.
En el versículo de hoy, se nos revela cuál es el primer escaño, en el que no deberíamos fallar para tener una fe sólida, constante y afirmada: nuestra familia. Está claro que el amor al prójimo más cercano, nuestros amigos y conocidos, a todos los hombres e incluso a nuestros enemigos, es un pilar indispensable para caminar con El Señor, pero ¿como podría ser ese cuidado al prójimo completo si no ha empezado primero por nuestro propio hogar?
El amor necesita ser traducido en acción. La fe debe actuar a través del amor. James Hunter, en su libro “El Monje y el Ejecutivo” dice que no somos lo que hablamos; somos lo que hacemos. El cuidado de la familia es un principio vital de la fe cristiana. El amor al prójimo debe ser una extensión de aquel profesado dentro del hogar. Nuestras palabras necesitan ser respaldadas por nuestras acciones.
Y es que el credo debe ser referenciado por la conducta. La confesión debe ser probada por la acción. Ser cristiano es ser un mejor marido y un mejor padre. Ser cristiano es ser una mejor esposa y una mejor madre. La vida cristiana comienza en el hogar y se desborda en el mundo. Nuestra familia es el mayor estandarte de la fe cristiana o su más devastador oponente.
Ora:
Señor, sé que no existe familia perfecta, pero si, familias unidas y que juntas superan las diferencias y las dificultad. Por ello te pido, que en los momentos en que la desunión reine en mi familia, intervengas con Tu amor para abrir nuestros corazones al perdón, a la paz y a la cooperación. Protege a mi familia Padre, y dame la sabiduría para mantenerla siempre unida en Tus caminos de bien. Amén.
Más Palabra Edificada / Familia:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Exodo 20:12
“Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;” Salmos 103:17
“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.” Deuteronomio 5:16
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre” Proverbios 1:8
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa” Efesios 6:1-2
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.” Colosenses 3:20
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” Josue 24:15
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6-7
“El que turba su casa heredará viento;
Y el necio será siervo del sabio de corazón.” Proverbios 11:29