Escucha:
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada,si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (Romanos 12:6-8)
Piensa:
En la obra de Dios los dones son un medio esencial para poder convertirnos en servidores eficaces de su propósito. Por ello debemos ser conscientes de las habilidades con las que contamos y aprovechar cada oportunidad que se nos presente, para rendir gloria al Señor. Es lo contrario a tratar ser algo que no somos y enfocarnos en desarrollar habilidades que creemos tener o que satisfacen el criterio de otros a nuestro alrededor. Es tener la maduración para no envidiar las habilidades que no poseemos, sabiendo que en este mundo existen numerosas necesidades fisicas y espirituales, que no podrán ser satisfechas por un solo don o individuo, sino por la colaboración efectiva de todos los dones que por muy pequeños que sean, se unan en el camino de seguir a Dios.
Unos poseen la capacidad de comunicar, transmitir, enseñar. Otros por su parte, han sido dotados con el don de la comprensión, la paciencia, la colaboración y asi muchos con diferentes habilidades. En base a ello preguntate: ¿Cual es tu don? y camina diariamente junto a Dios aprendiendo a desarrollar de diferentes formas la actividad en la que el Señor te ha formado.
Una vez reafirmados nuestros dones, hagámoslos efectivos para beneficiar a los demás y edificar asi, la obra de Dios. Devolvamos al Señor, con nuestro servicio, las bendiciones que cada día, Él nos regala.
Ora
Señor, ayúdame a descubrir mi vocación, a reconocer los dones que me has regalado y a utilizarlos en tu nombre, para servir a otros y ser testimonio de las bendiciones maravillosas que has concedido a cada uno de los que creen en Tí.