Escucha:
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11)
Piensa:
Jesús vino para enseñarnos cómo tener gozo. En el pasaje de hoy, él nos dice: Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. El propósito de Jesús no fue traernos una vida de miseria, de preocupación, de aburrimiento. El vino para traernos vida real en todo su gozo.
Ahora me pregunto: ¿cuántos de nosotros realmente estamos viviendo en gozo? ¿Cuántos de nosotros estamos experimentando la plena alegría que Dios desea para nosotros? muchas veces esa alegría es elusiva y difícil de alcanzar.
¿Quieres vivir en gozo? Jesús nos dice cómo – y quizás no es de la manera que pensaríamos. El gozo viene cuando llevamos fruto, palabras que refleja en los versículos anteriores (Juan 1:10); el fruto de una vida que tiene sentido, una vida de amor, de transformación, una vida que tiene impacto sobre los demás y que tiene significado eterno.
Por ello recuerda, Si quieres tener ese gozo verdadero de una vida fructífiera, Busca cada día rendir gloria al Señor. Deja que sus palabras y su verdad te llenen, como rica savia, y brotará el fruto que deseas, siempre partiendo, de que la verdadera alegría de la vida, viene de seguir a Dios y confiar en Su cuidado.
Ora:
Señor te celebro porque eres mi primer motivo de regocijo. Condúceme siempre a recordar todo lo que por mi has hecho, para fortalecer mi alegría, de forma que pueda recibir de ti, el don de la gratitud. Amén.