Escucha:
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3)
Piensa:
La oración representa la dimensión hablada de esa relación que hemos construído junto al Señor . Jesús definió a la vida cristiana en términos de una relación. En Juan 17:3 dijo a su Padre, “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” Jesús no definió la vida eterna como una función del tiempo, sino en términos de una relación que forjamos con El Senor.
Cuando oramos, hablamos con Dios – hablar es lo que sostiene nuestras relaciones. Y es que la salud y el nivel de significado de las relaciones, dependen en gran parte de una buena comunicación. Cuando los matrimonios están teniendo problemas, te encontrarás con que la pareja dejó de comunicarse. Cuando la vida cristiana se seca y se torna inefectiva, es por la falta de comunicación. Una relación creciente prospera en la intimidad, en la comunión fraternal y en la posibilidad de priorizar momentos y pasar tiempo juntos.
Toma tiempo en el lugar secreto con Cristo, y experimenta tu relación creciendo en amor, en confianza, y en comunión con Él. ¿Cómo pasas tiempo disfrutando de la presencia de Dios en tu vida?
Ora:
Señor, mantenme cada día cercano a Tu presencia, cultivando cada día, la verdadera vida, que es la vida en abundancia que me brindas al conocerte, amarte y caminar siempre de Tú mano. Amén.