Escucha:
“Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas” (Éxodo 14:21)
Piensa:
Dios crea caminos donde no los hay y abre senderos donde el hombre juzga imposible. En el versículo de hoy, El Señor también planeó una ruta inesperada para su pueblo. Frente a la muerte segura, fuera a manos del ejército de Faraón o ahogándose, los israelitas estaban al borde del pánico. Pero Dios abrió el Mar Rojo y ellos lo atravesaron por el lecho seco. Años después, el salmista Asaf utilizó este acontecimiento como una evidencia del gran poder de Dios: “En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas. Condujiste a tu pueblo como ovejas por mano de Moisés y de Aarón” (Salmos 77:19-20).
Dios puede crear caminos donde nosotros solo vemos obstáculos. Cuando el sendero que está por delante parece incierto, es bueno recordar lo que Dios hizo en el pasado. Él se especializa en abrir sendas en cualquier circunstancia; pasos que nos muestran su amor y poder.
Ora:
Señor, guíame por cada uno de Tus senderos, fortaleciendo mi fe y madurando mi carácter, de manera que pueda encontrar en Tí, las salidas a los caminos que parecen sin rumbo, los espacios de las puertas que parecían cerradas, las victorias de las batallas, que sin Ti hallaba perdidas. Amén.