Escucha:
“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto” (Marcos 6:30-32)
Piensa:
Regresando del trabajo, comenté a un amigo conductor, que transportaba pasajeros entre los dos pueblos cercanos de mi región, que a pesar de lo tarde, sería un día muy rentable para él, por la cantidad de pasajeros que todavía necesitaban ser transportados. Su respuesta, muy comedida y sabia fue: “ya tuve un buen día, mañana será otro y habrá nuevas oportunidades; mejor a descansar y a renovar fuerzas, para brindar el buen servicio de siempre”
La respuesta del apreciado amigo me hizo pensar, que a veces, nos cargamos de innumerables responsabilidades, bien sea por un objetivo personal, un estímulo en el trabajo, o un plan futuro, que parecieran se disputan nuestra atención, dejándonos a cambio, con una gran tensión. En ese momento olvidamos la parte importante, recobrar fuerzas, para como mi amigo “brindar un buen servicio” y cumplir en El Señor, el propósito al que nos ha llamado.
En las escrituras de hoy, vemos como Jesús comprendió la carga, que los Doce apóstoles tuvieron que llevar, para brindar testimonio de las maravillosas obras que a través de ellos el Señor había realizado (Marcos 6:7-13) Jesús en consecuencia los invito y les dijo : “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco” No les preguntó si querían descansar, tomo la decisión por ellos, consciente de sus necesidades.
La palabra del Señor, nos exhorta a la relajación y el descanso, como indispensables para renovar cuerpo y alma y en consecuencia, servir de manera fructífera tanto a su propósito como a los que nos rodean. ¿Tienes responsabilidades que estén poniendo presión excesiva sobre ti? Encuentra espacios para planificar un tiempo de descanso. Fortalece tus energías para afrontar con la motivación necesaria, un nuevo amanecer, sirviendo al Señor desde nuestras realidades. Jesús lo aconsejó y todos lo necesitamos.
Encuentra descanso en El Señor porque “En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30:15)
Ora:
Señor, Guíame a equilibrar mis ocupaciones, de manera que encuentre el tiempo para descansar en Tí. Ayúdame a fortalecerme a través de tu presencia, en cuerpo y alma, para servir con fidelidad y gratitud al propósito al cual me has llamado. Amén.