Escucha:
“Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.” (Salmos 29:11)
Piensa:
El ritmo vertiginoso de la vida, en la actualidad , en un mundo tan interconectado y convulsionado como el de hoy, puede llevarnos a movernos cada vez mas rápido, casi como sin pensar, sino de manera automática, de manera refleja: el trabajo, las finanzas, la salud, las deudas, las ocupaciones diarias en general, tantas cosas en que pensar que juntas, puede alejarnos de una de las bendiciones más preciosas que Dios nos ofrece: Su reconfortante paz.
Para rescatar nuevamente esa paz, deberemos enfrentar con convicción un cambio de enfoque, en como enfrentamos nuestra realidad: ¿Que pasaría hoy si decidimos, en cada parte de nuestras vidas, tomarnos una pequeña pausa, solo un minuto, para respirar, para escuchar, para analizar y luego responder? ¿Qué tal si decidimos apartar un instante de cada día para que el silencio sea el que hable y a través de Él podamos conectarnos a la paz y calma que El Señor nos ofrece?
Recuerda, Dios nos promete calma y perseverancia, no angustia y velocidad. El Señor nunca está apurado y siempre llega a tiempo a dondequiera que lo necesites. Toma esa pequeña pausa diaria y baja el ritmo; y acércate al Señor, sin olvidar su promesa: “Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.” (Salmos 29:11)
Ora:
Señor, permíteme cambiar la angustia y preocupación, por el confort de tu paz. Cultiva en mi la paciencia y la calma, recordando que es Tu voluntad de bien la que rige mi vida. Amén.