Escucha:
“Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios” (1 Juan 4:15)
Piensa:
Cuando se le preguntó a una de las sobrevivientes del genocidio de Ruanda, África en 1994, como había podido sobrellevar el horrible asesinato de toda su familia, a excepción de sus dos pequeñas hijas, que estaban fuera de casa; además de poseer la fuerza para seguir siendo un ejemplo para ellas. Ella respondió: “Para eso tengo a Jesús”
Dios sabe perfectamente lo que estás enfrentando. Isaías nos recuerda que el Señor nos conoce tan íntimamente que es como si nuestro nombre estuviera escrito en las palmas de sus manos (Isaías 49:16). Además, nos ha dado su Espíritu para guiarnos, consolarnos y fortalecernos.
Piensa en los desafíos que enfrentas en este momento y, luego, escribe al lado de cada uno, como un recordatorio de la fidelidad y el cuidado de Dios: “Para eso, tengo a Jesús”.
Ora:
Señor, cuando la angustia me robe Tú paz, dame nuevamente la tranquilidad para recordar que te encuentras a mi lado, cuidando de mí. En El Nombre de Jesús, Amén.