Versículo:
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
Comentario:
En el siglo XXI, con demandas cada vez más urgentes, tendemos a movernos a un ritmo tan rápido que tenemos problemas para establecer prioridades e invertir tiempo en la comunión con Dios. Podemos a veces, hasta caer en el comportamiento mecanido de pasar a la siguiente actividad sin prestar atención a lo que es realmente importante para nuestro crecimiento espiritual. Muchos viven en un peligroso ciclo de exceso de trabajo, sin ocio y sin descanso, con la intención de conseguir siempre más, una postura que puede reflejar cierta insatisfacción en el alma.
Avanzar a niveles más altos de compromiso en la vida profesional y cosechar los buenos frutos de un buen trabajo no es un mal en sí mismo. El error, sin embargo, ocurre cuando invertimos el orden de este proceso y le damos más valor a la necesidad de ganar dinero que a Dios. Necesitamos ser conscientes de lo que realmente nos motiva y ocupa el lugar de primacía en nuestros corazones.
Evalúa tu agenda y reorganiza tu vida. No te amoldes al patrón del mundo, que hoy en día, solo invita a poseer más y más. Cree que Dios proveerá todas tus necesidades y trabaja por sus bendiciones, que son eternas.
Oración:
Señor, ilumina mi mente y dame el discernimiento para seleccionar bien mis motivaciones. No dejes que nada ocupe en mi corazón, el lugar que es solo para Ti.
